EXPANSION 2012EXP20MZMAD8.35820/03/201407:30OpiniónLos desafíos de un acuerdo comercial transa (10847017)20/03/1402:32GENERALLos desafíos de un acuerdo comercial transatlántico18170.00436099.993270829.99751085.9860.0000.00024301945.jpg18170.01048743.48348565.22069102.4470.0000.000El Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones, (TTIP en sus siglas en inglés) que unirá estrechamente el comercio de las dos orillas del Atlántico, constituye, quizás, el mayor desafío comercial del momento para la UE. Pero, ¿dónde reside su importancia y qué problemas se están planteando?
Este Acuerdo tendrá la capacidad de incrementar el crecimiento del PIB anualmente un 0,5% en la UE y un 0,4% en Estados Unidos. Además, podrá generar más de dos millones de empleos en Europa, de los cuales más de 140.000 en España, garantizando décadas de prosperidad y desarrollo. Sin embargo, las negociaciones pueden encontrarse con una serie de obstáculos, principalmente cuatro: la necesidad de la aprobación de la Autoridad de Promoción del Comercio (TPA, en inglés) por el Congreso de Estados Unidos, conocida como Fast Track; la inclusión de los servicios financieros; la determinación del instrumento de resolución de disputas de inversiones y, por último, la confianza entre los socios.
Respecto al primero de los obstáculos, el proceso es el siguiente. En primer lugar, el Presidente de Estados Unidos solicita el Fast Track. Una vez que las Cámaras legislativas americanas se la hayan concedido, el Presidente ya puede negociar acuerdos internacionales sin que el Congreso ni el Senado puedan enmendarlo, reduciendo los plazos de tramitación y, además, puede reunir un grupo de asesoramiento formado por los sectores interesados. El Fast Track es clave para que se cumpla el calendario acordado, es decir, para finalizar las negociaciones antes de noviembre de 2015. Una de las principales dificultades para cumplir esta agenda son las elecciones legislativas americanas del próximo mes de noviembre, ya que no se espera que esta concesión al presidente pueda aprobarse antes de esa fecha.
Tradicionalmente, los demócratas han desconfiado de las virtudes del libre comercio, aduciendo que destruye y deslocaliza empleos nacionales y fomenta la devastación del medio ambiente, puntos clave para sus votantes. La cercanía de las elecciones estadounidenses y la reticencia de muchos demócratas hacia el Acuerdo Transpacífico (TPP) hacen peligrar la mayoría necesaria en las Cámaras para aprobar la Fast Track que incluye en un mismo paquete completo al TTIP y al TPP. Probablemente antes de las legislativas no haya novedades, pero para poder cumplir con el calendario y finalizar las negociaciones en 2015 sería recomendable contar con el Fast Track antes de final de este año.
En lo que respecta a los servicios financieros, existe un arduo debate sobre su inclusión o no en el Acuerdo. Mientras la industria y la UE son partidarios de que figuren, el Tesoro estadounidense teme que su inclusión sirva para relajar los requisitos exigidos por la normativa financiera estadounidense. Sin embargo, tanto el ordenamiento jurídico de Estados Unidos como el europeo se basan en los acuerdos que se alcanzaron en el G20 a lo largo de 2009, principalmente en la reunión de abril de Londres, y que la UE ha seguido en su desarrollo legislativo.
Finanzas
Los flujos financieros y la propia industria poseen un alto grado de internacionalización, que llevó a decidir el establecimiento de unas líneas básicas para todos los mercados en Londres. Debido a esta internacionalización, tiene mucha más coherencia una coordinación y convergencia regulatoria también en materia financiera que nos permita estar más protegidos y reaccionar con mayor celeridad ante posibles futuras crisis.
La tercera preocupación la constituye la protección a las inversiones. Todo acuerdo debe incluir el acceso al mercado de las inversiones y su salvaguarda, ya que garantizan el dinamismo y el desarrollo económico. No hay discusión con respecto al primer punto y ya se está negociando con Estados Unidos. Sin embargo, se presentan más complicaciones en lo relativo a la necesaria protección de los flujos de inversiones para asegurar la ausencia de discriminaciones, de tratos injustos o no equitativos y de expropiaciones que no sean por orden público.
Normalmente, se acuerda la protección de las mismas mediante arbitraje, pese a que algunos expertos lo consideran una falta de transparencia y de escrutinio al no pasar por los ordenamientos jurídicos. Sin embargo, el arbitraje garantiza mayor agilidad y un trato equitativo. Entre otros aspectos, permite a las pymes acudir a él con costes asumibles.
La propuesta de la UE se basa en lo pactado con Canadá en el Acuerdo de Libre Comercio negociado por ambas partes. Este sistema recoge las normas convenidas en el seno de la Comisión de Naciones Unidas de Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI), con el apoyo de la UE, para garantizar la transparencia de los procedimientos de inversión internacional.
Finalmente, el último escollo al que se enfrenta este importante acuerdo es la confianza, es decir, la esperanza firme que se tiene en un socio. Esperanza que se ha visto fuertemente dañada tras los casos de espionaje de Estados Unidos que se han hecho públicos en los últimos meses. Alemania es el país que vive un mayor debate social sobre el caso, pero debemos evitar que esta polémica afecte a las negociaciones del TTIP, porque si bien es verdad que algunas voces se preguntan cómo pactar un acuerdo tan amplio y estrecho con un socio que no cumple las reglas básicas de confianza, ha quedado demostrado que no se han producido casos de espionaje industrial.
Pedagogía
Estados Unidos es el único que, con su compromiso, puede dar respuesta a esta falta de confianza. Sin embargo, en ningún momento podemos mezclar el espionaje con el libre comercio. Por eso necesitamos pedagogía en torno a este acuerdo explicando todo lo que se juegan Europa, EEUU y nuestros ciudadanos. Son éstos los que podrán beneficiarse de un mayor número de productos; de un flujo continuo de innovación que sólo mediante esta alianza es posible mantener y que conlleva el incremento de la competitividad; competitividad que trae desarrollo y creación de empleo, necesarios especialmente en los países cuyas economías se han visto más afectadas por la crisis.
En conclusión, el TTIP es la mejor política para ambas partes a fin de reactivar nuestra economía y lograr una recuperación sólida y sostenida, basada en la innovación y la competitividad. Sin embargo, ha de ser un acuerdo abierto y de máximos, para otros Estados socios y nuestros ciudadanos, donde la convergencia regulatoria en los distintos ámbitos que afectan al comercio sea protagonista como llave de seguridad, protección, competitividad, coordinación y colaboración en los diferentes sectores, incluidos los servicios financieros.
Éste es el momento más adecuado para crear un Acuerdo comercial que acerque a las dos orillas. Ahora o nunca, pero dando a conocer los avances, las oportunidades y los beneficios mediante un canal de comunicación activo y continuo basado en la confianza entre los Estados y los ciudadanos. 18169.99973554.473270830.007287104.8750.0000.000Pablo Zalba Bidegain40247.33259520.46876633.28568396.8800.0000.000ahora mismo45249.98954682.70978139.01360545.8740.0000.000El Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones, que pretende crear una zona de libre comercio entre EEUU y la UE, ha entrado en la cuarta fase de negociación. El proyecto traería grandes beneficios para ambas regiones, pero también afronta retos peliagudos.82462.98453195.644270829.99171928.1350.0000.00024301948.jpg82463.00674969.158206537.000170967.0000.0000.000Existe un arduo debate sobre la inclusión de los servicios financieros en el TTIP: la UE es partidaria, pero EEUU recela82463.002176124.611142244.000195294.5430.0000.000Vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios
del Parlamento Europeo (PP)211048.983274958.736270829.997285292.0010.0000.000