EXPANSION 2012EXP16JLMAD10.01016/07/201904:00Economía/PolíticaEconomía / Política¿Hay que preocuparse por el PIB chino? (17612789)16/07/1901:28PINTO¿Hay que preocuparse por el PIB chino?294951.332257136.500431244.000272122.5000.0000.00018169.988257364.611279933.988272131.2050.0000.00039593604.jpg18170.000270134.21840098.538290493.1820.0000.000El último dato de crecimiento de la economía china, el más bajo en treinta años, se está llevando muchos titulares. Pero casi todos son exagerados. La economía china lleva varios años de desaceleración estructural. Esto es normal (ningún país puede crecer indefinidamente a tasas de dos dígitos) y saludable (la demanda interna y los servicios van ganando cada vez más peso en detrimento de las exportaciones y la inversión). Además, implica que lo razonable es que en el futuro veamos muchas veces “el dato más bajo de crecimiento chino en décadas”. Pero esto no significa ni que la guerra comercial que ha lanzado el presidente de EEUU, Donald Trump, esté siendo un éxito ni que la economía mundial vaya a descarrilar por la debilidad de la economía china. Veamos por qué.
China creció un 6,4% en el primer trimestre de 2019 y un 6,2% en el segundo. El dato se ajusta al objetivo del Gobierno (entre el 6% y el 6,5% para este año) y, además, ha sorprendido ligeramente al alza a varios analistas, que esperaban un peor comportamiento de la producción industrial y de las ventas minoristas, que, de hecho, se han acelerado.
Pero más allá de la coyuntura lo importante es entender que la economía china, tras más de cuarenta años promediando un crecimiento del 9% anual (algo nunca visto en la historia) comenzó a experimentar una desaceleración progresiva al comienzo de la gran recesión del 2008 que le ha llevado a sostener tasas elevadas de crecimiento, pero ya no tan espectaculares. Esto no tiene nada de raro. Lo extraño es que no hubiera sucedido antes. Conforme aumenta la renta per cápita y se va cerrando la brecha económica y tecnológica entre cualquier país en desarrollo y los países ricos, el crecimiento tiene que ir reduciéndose. Y la renta per cápita china ha pasado de 300 dólares en 1980 a más de 18.000 dólares en 2018 (en paridad del poder adquisitivo), haciendo que la economía china sea la más grande del mundo desde 2014 (25,5 billones de dólares frente a los 20,4 billones de EEUU, que todavía cuenta con una renta per cápita de 62.000 dólares, más del triple que la de China).
El problema es que estos datos de una nada sorprendente y suavísima desaceleración han llevado a la prensa anglosajona, que tiene una enorme influencia en el continente europeo –y en particular en España– a interpretaciones equivocadas que tiene más que ver con los deseos que con la realidad.
Sesgo
Está ampliamente documentado que los seres humanos tenemos un sesgo de confirmación que nos lleva a intentar corroborar con los datos que nos ofrece la realidad nuestros propios prejuicios o deseos, siendo excesivamente selectivos en el uso de los mismos e incapaces de analizarlos con suficiente objetividad. Y en Estados Unidos, tanto la Administración Trump como la prensa financiera están deseando poder celebrar la desaceleración de la economía china para justificar tanto el éxito de la guerra comercial como el fin de la rivalidad geoestratégica entre China y Estados Unidos por el debilitamiento del modelo chino (de hecho, la prensa anglosajona lleva más de dos décadas anunciando una crisis en China –y también otra en Francia– sin que esta se produzca).
Por el momento, y a pesar de que todavía no contamos con toda la información, lo más probable es que los aranceles norteamericanos hayan tenido un limitado impacto sobre el crecimiento chino. Además, la economía china cuenta con palancas para compensar la caída de las exportaciones, desde el impulso fiscal vía bajada de impuestos y aumento de las inversiones en infraestructuras hasta la expansión monetaria, a las que todavía les queda bastante recorrido. Y lo que la guerra comercial ha generado es que la población china esté preparándose para una nueva “larga marcha”, por lo que se ha mentalizado para hacer sacrificios para resistir las amenazas estadounidenses.
Esto permite suponer que la economía será bastante más resiliente a la guerra comercial de lo que se piensa en Estados Unidos.
Por todo ello tiene poco sentido preocuparse de que este menor crecimiento tenga un impacto global. Además, conviene que subrayar que un aumento del PIB chino del 6% hoy añade mucho más crecimiento global que un crecimiento del 10% cuando la economía china era mucho más pequeña.
De hecho, la aspiración de la economía mundial debería ser que China lograra converger a sus tasas de crecimiento de largo plazo (que probablemente estarán por debajo del 4%) de forma gradual y aumentando su demanda interna y sus importaciones, dejando de contribuir así a los desequilibrios macroeconómicos globales que tanto han inquietado a estadounidenses y europeos.
Por todo ello, y aunque los mercados financieros sí que pueden mostrar volatilidad en los próximos días por su tendencia a la sobrerreacción y al comportamiento de rebaño, la economía china parece estar más fuerte de lo anticipado en el corto plazo, al tiempo que la desaceleración de su crecimiento en el largo plazo es tanto esperable como saludable.307170.000272350.611431244.000358292.0000.0000.00018169.983272350.604270829.991358292.0000.0000.000Federico Steinberg30296.961280911.20455655.065289787.6160.0000.000Investigador de Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid392894.000342866.042431244.000356511.7900.0000.000